Intoxicación profética
Los estados de Pedro
Llamamiento de Pedro
Lucas 5:4-11
“4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: --Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. 5 Respondiendo Simón, le dijo: --Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado; pero en tu palabra echaré la red 6 Cuando lo hicieron, recogieron tal cantidad de peces que su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca para que acudieran a ayudarlos. Ellos vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían“.
1) Estado natural: Era un pescador pobre, carente de propósito subsistiendo con lo mínimo.
2) Estado receptivo: Recibe palabra profética.
3) Estado de obediencia: Se mueve en fe por la Palabra recibida
4) Estado de cumplimiento: Dios cumple lo anunciado.
“8 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: --Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. 9 Por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él y de todos los que estaban con él, 10 y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: --No temas; desde ahora serás pescador de hombres“.
5) Estado de revelación: Se revela el propósito sobrenatural de la profecía.
“11 Trajeron a tierra las barcas y, dejándolo todo, lo siguieron”.
6) Estado de sacrificio: La Palabra lo llevó a un lugar de decisión y sacrificio.
7) Estado de nuevo nivel de revelación: Provocó que en su vida hubiera un mayor nivel de revelación.
Jesús cambia el nombre de Pedro
Juan 1: 42
“42 Y lo trajo a Jesús. Mirándolo Jesús, dijo: --Tú eres Simón hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas --es decir, Pedro”.
8) Estado de transformación: Se marca en su vida un antes y un después a través del cambio de nombre.
9) Estado de sujeción: A pesar de que desconocía el porque aprendió a caminar por fe y obediencia sobre la Palabra.
Pedro reconoce a Jesús como Mesías
Mateo 16: 13-19
“13 Al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: --¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? 14 Ellos dijeron: --Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas. 15 Él les preguntó: --Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: --Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17 Entonces le respondió Jesús: --Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos“.
10) Estado de un mayor nivel de revelación: La fe sobre la profecía le deparó un nuevo nivel de revelación.
“18 Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no la dominarán. 19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos: todo lo que ates en la tierra será atado en los cielos, y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos”.
11) Estado: viene nuevamente profecía a su vida para llevarlo a un nuevo nivel.
Jesús reprende a Pedro
Mateo 16:21-23
“Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho a manos de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirlo, diciendo: --Señor, ten compasión de ti mismo. ¡En ninguna manera esto te acontezca!
Estados de intoxicación
1) Estado de manipulación: Creía poder manipular la voluntad de Dios con su criterio.
23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: --¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”.
Detección del problema: Jesús mi como en Pedro no se mueve un pecado de la carne, sino un espíritu inmundo que deseaba robar su promesa.
Jesús lava los pies a Pedro
Juan 13: 5-10
“Luego puso agua en una vasija y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido. 6 Cuando llegó a Simón Pedro, este le dijo: --Señor, ¿tú me lavarás los pies?
2) Estado Empleo de caretas: Pedro luego de haber sido reprendido trata de mostrar un falso rostro de humildad delante de Jesús.
“7 Respondió Jesús y le dijo: --Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora, pero lo entenderás después“.
Intento por volverlo en si: Jesús trata de hacerlo recordar cómo cuando le cambió su nombre el probablemente no entendía el porqué igual que ahora.
8 Pedro le dijo: --No me lavarás los pies jamás.
3) Estado Sabio en su opinión: Su reacción es muy distinta a la primera reflejando que su actitud no era de sincera humildad.
“Jesús le respondió: --Si no te lavo, no tendrás parte conmigo“.
Llamado al arrepentimiento: Jesús le hace saber que de continuar con esa actitud todo lo prometido sería anulado.
“9 Le dijo Simón Pedro: --Señor, no solo mis pies, sino también las manos y la cabeza. 10 Jesús le dijo: --El que está lavado no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos”.
4) Estado Pérdida de la revelación: Su respuesta refleja una ausencia total de aquella revelación ha un día había recibido.
Jesús profetiza negación de Pedro
Marcos 14:27-31
“Entonces Jesús les dijo: --Todos os escandalizaréis de mí esta noche, pues escrito está: “Heriré al pastor y las ovejas serán dispersadas”. 28 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. 29 Entonces Pedro le dijo: --Aunque todos se escandalicen, yo no.
5) Estado Contradicción de la revelación: Ya no solo la había perdido, sino que contradecía a Jesús.
30 Y le dijo Jesús: --De cierto te digo que tú hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces. 31 Pero él con mayor insistencia decía:
--Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo”.
Declaración de sentencia sobre su promesa: Jesús necesita llevarlo a un proceso de transformación porque Pedro está intoxicado sin esperanza.
Pedro niega a Jesús
Marcos 14:66-72
“Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del Sumo sacerdote, 67 y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándolo, le dijo: --Tú también estabas con Jesús, el nazareno. 68 Pero él negó, diciendo: --No lo conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada, y cantó el gallo. 69 La criada, viéndolo otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: --Este es uno de ellos. 70 Pero él volvió a negarlo. Poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: --Verdaderamente tú eres de ellos, porque eres galileo y tu manera de hablar es semejante a la de ellos. 71 Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: --¡No conozco a este hombre de quien habláis! 72 Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: «Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces». Y pensando en esto, lloraba”.
Jesús se manifiesta a sus discípulos
Juan 21: 3-12
“Simón Pedro les dijo: --Voy a pescar. Ellos le dijeron: --Vamos nosotros también contigo.
Salieron, pues, y entraron en una barca; pero aquella noche no pescaron nada. 4 Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa, pero los discípulos no sabían que era Jesús. 5 Y les dijo: --Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: --¡No! 6 Él les dijo: --Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces. 7 Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: --¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella) y se tiró al mar. 8 Los otros discípulos fueron con la barca, arrastrando la red llena de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos. 9 Al descender a tierra, vieron brasas puestas y un pescado encima de ellas, y pan. 10 Jesús les dijo: --Traed de los peces que acabáis de sacar.11 Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió. 12 Les dijo Jesús: --Venid, comed”.
Jesús y Pedro
Juan 21:15-19
“Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: --Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Le respondió: --Sí, Señor; tú sabes que te quiero. Él le dijo: --Apacienta mis corderos. 16 Volvió a decirle la segunda vez: --Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: --Sí, Señor; tú sabes que te quiero. Le dijo: --Pastorea mis ovejas. 17 Le dijo la tercera vez: --Simón, hijo de Jonás, ¿me quieres? Pedro se entristeció de que le dijera por tercera vez: «¿Me quieres?», y le respondió: --Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: --Apacienta mis ovejas. 18 De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías e ibas a donde querías; pero cuando ya seas viejo, extenderás tus manos y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. 19 Esto dijo dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: --Sígueme”.