El poder del amor

Dios nos demuestra un reflejo de ese poder a través de la necesidad que tienen los mamíferos por la existencia de un ser que les brinde amor.

 

En los tiempos del Imperio griego había diferentes tipos de amor:

 

1) Amor EROS: No se usa en el Nuevo Testamento. Reflejo del deseo sexual. Nace de la atracción entre un hombre o una mujer.

 

2) Amor ESTORGE: amor entre padres e hijos. Es el amor desinteresado.

3) Amor FILIOS: amor entre amigos, no podía existir entre hombres y mujeres. Es esa clase de amor que sufre distancia.

4) Amor AGAPE: No existe en la tierra, que según ellos solo podía estar presente en un ser Supremo. Amor desinteresado, que lo da todo a pesar de no recibir nada a cambio.

Romanos 8:28

“Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien,  esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.

  • Este verso se usa en ocasiones para hablar de los hijos de Dios, pero realmente está hablando de los que aman a Dios.
  • Si tú eres un simple hijo de Dios no entenderás nada cuando venga la dificultad, la prueba o la enfermedad.

Romanos 8:29

“A los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”.

  • Dios habla de adopción a través de este texto.
  • El poder del amor de Dios es adoptivo y redentivo.

Romanos 8:30

“Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó”.

  • Dios preparó desde antes de tu creación planes para tu vida.
  • El poder del amor de Dios me da un propósito.

Romanos 8:31-32

“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”

  • El amor de Dios es proveedor.
  • El pacto de Dios con Noé nos recuerda como en su memoria están cada una de sus promesas.

Romanos 8:33-37

“¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro o espada? 36 Como está escrito: «Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;  somos contados como ovejas de matadero». 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”.

  • El amor de Dios nos da la victoria.
  • No hay nada que pueda distanciarnos del amor de Dios.

Romanos 8:38-39

“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, 39 ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro”.

  • A Dios no le importa ni tu presente ni tu pasado ni tus expectativas de vida.
  • Tampoco le importan los principados ni potestades para llegar hasta ti. Esto refleja que hay un deseo del diablo por alejarte de Padre.

Dios siempre va a estar siempre en el mismo lugar, la diferencia lo hace el lugar dónde nos damos cuenta cuán lejos estamos de Dios.

Testimonio de comandante del Polt Polt en Camboya que había matado alrededor de 2 millones de personas, pero un día se entregó a Dios y eso lo llevó a entregarse a la justicia sabiendo que probablemente sus hermanos no iban a ser capaces de perdonar sus asesinatos.

Hoy el testifica que podrán tomar su cuerpo, pero su alma le pertenece a Jesús.

1 Corintios 13:1

“Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe”.

1 Corintios 13:2

“Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe, de tal manera que trasladara los montes, y no tengo amor, nada soy”.

1 Corintios 13: 3

“Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve”.

1 Corintios 13: 4-8

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece, 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;  6 no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas y el conocimiento se acabará. 9 En parte conocemos y en parte profetizamos; 10 pero cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; pero cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. 12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como fui conocido. 13 Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”.

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