Ayuno de redes
Por los pasados días una fuerte corriente mundial estuvo en protesta por una ley en Estados Unidos que pretende restringir los derechos de autor y atacar, según ellos la piratería cibernética. La denominada ley “sopa” traería un severo impacto sobre muchas páginas de Internet como Wikipedia, Facebook y Google entre otras. Estos sitios abastecen de toda clase de información sin hacer ninguna clase de reserva para el usuario, quien se beneficia de esto, al no tener que pagar por cada consulta, documento, imagen, etc.
Como parte de una fuerte tendencia norteamericana por sacarle provecho financiero a cualquier producción artística, sea cual sea, esta posible nueva legislación traería grandes dividendos económicos para los dueños, artistas o productores, y por ende, restricciones a la libertad de información en la red. Eso generaría que los cibernautas dejarán de tener libre acceso a los datos que circulan en Internet y probablemente empezarán a tener un costo o terminaran siendo quienes los suministran los responsables de cancelar algún tipo de gravamen por la misma a los productores.
Ante semejante posibilidad un importante movimiento en Internet pretende sabotear la accesibilidad de diversos sitios electrónicos en especial el de las redes sociales, las cuales se han vuelto de uso frecuente para gran parte de la población joven del mundo y alguna no tan joven también. Esta posición se mantendría hasta que haya una postura oficial jurídica que se comprometa a no afectar el mundo cibernético y su libre difusión de la información.
Dicha alternativa desató en diversos medios de comunicación una pregunta interesante a su público: “¿Qué sucedería si por un día dejásemos de tener redes sociales?”. Por supuesto hubo una inmensa variedad de respuestas entre la cuales sorprende que la mayoría no sean negativas. A pesar de que la actividad social a través de comunidades como Twitter, Hi5 o Facebook por supuesto es sumamente frecuente no todos las extrañarían.
Mientras que para los jóvenes sería un grave problema ausentarse de sus relaciones cibernéticas para los más adultos resulta irrelevante y algunos hasta son nostálgicos al recordar los días en que se reunían en casa para compartir en familia, pasear por el parque o conversar en el corredor de la casa con los amigos.
La sociabilidad de las nuevas generaciones ya cambió de eso no cabe duda, sin embargo, una pregunta como la citada permite reflexionar sobre lo positivo o negativo, que resulta cambiar las conversaciones cara a cara por las que son a distancia de una computadora. Comunicarse como lo designó Dios resulta pasado de moda para algunos hoy, pero aún no está claro si es conveniente cambiar tanto la naturaleza humana por causa de la tecnología.
Si un par de décadas atrás las familias se estaban reuniendo alrededor del televisor para interactuar o al menos pasar un tiempo juntos y eso era preocupante, ahora cada integrante del hogar se dirige a su propio espacio (celular, tableta, computadora o televisor) e ignora al resto, lo cual crea un vacío de comunicación con el paso del tiempo. Mucha de la responsabilidad por ese distanciamiento es del uso excesivo de las redes sociales, las cuales proveen de cierta forma esa necesidad comunicativa de todo ser humano.
Después de mucho tiempo de análisis sobre los perjuicios de la televisión sin fiscalización de los padres dentro de las casas o por la libre para los niños pequeños, un nuevo fenómeno ataca sin que sea esa su intención. La interacción dentro del mundo cibernético ha venido a ser una importante competencia para la comunicación familiar.
Quizá ante la posibilidad de vivir un ayuno forzado de redes sociales por un día o toda una semana, pueda no resultar tan desafortunado como se espera. Tal vez algunas familias puedan aprovechar la oportunidad para acercase nuevamente o los grupos de amigos que ya no interactúan como antes lo hagan de nuevo.
Ausentarse de las redes sociales de vez en cuando no sería tan mala idea. No siempre las malas noticias son malas, todo depende del ojo con el que se les mire.