10 Características de la Unción profética
“Fundamentos básicos de la manifestación profética dentro del Cuerpo de Cristo”
10 razones por las cuales la manifestación profética es importante dentro del Cuerpo de Cristo.
1) Activa el llamado
1 Timoteo 4:14 “No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio”.
2) Revela el porvenir
Amos 3:7 “Nunca hace nada el Señor sin revelarlo a sus siervos los profetas”.
3) Formación de la iglesia
Efesios 2:20 “Sois como un edificio levantado sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas; y el propio Cristo Jesús es la piedra que corona el edificio”.
4) Consolida a los creyentes
I Corintios 14: 3-4 “3 En cambio, el que comunica mensajes proféticos, lo hace para edificación de la comunidad, y la anima y consuela. 4 El que habla en una lengua extraña, lo hace para su propio bien; pero el que comunica mensajes proféticos, edifica a la iglesia”.
5) Saca a luz lo incorrecto – “La sopa envenenada”
La olla de sopa envenenada representa nuestras vidas y a su vez cómo la unción profética saca a luz lo maligno para traer sanidad a nuestras vidas.
2 Reyes 4:39-41 “39 Uno de ellos salió al campo a recoger algunas hierbas, y encontró un arbusto silvestre del cual tomó unos frutos, como calabazas silvestres, con los que llenó su capa. Cuando volvió, los rebanó y los echó dentro del guisado, sin saber lo que eran. 40 Después se sirvió de comer a los profetas, y al empezar a comer el guisado, ellos gritaron: --¡Profeta, este guisado está envenenado! Y ya no lo comieron. 41 Pero Eliseo ordenó: --Tráiganme un poco de harina. Y echando la harina dentro de la olla, ordenó: --¡Ahora sírvanle de comer a la gente! Y la gente comió, y ya no había nada malo en la olla”.
6) Trae salvación
I Corintios 14: 23-25 “23 Porque cuando la iglesia se encuentra reunida, si todos están hablando en lenguas y entra un simple oyente, o un incrédulo, pensará que os habéis vuelto locos. 24 En cambio, si todos están comunicando mensajes proféticos y entra un incrédulo, o un simple oyente, se convencerá de su pecado y se examinará a sí mismo al oir lo que todos dicen. 25 Así quedará al descubierto lo más profundo de su corazón, y adorará de rodillas a Dios y reconocerá que Dios está verdaderamente entre vosotros”.
7) Sana y cura la infertilidad
“Sunamita que servía a Eliseo recibió un hijo”.
2 Reyes 4: 8-17 “8 Un día en que Eliseo pasó por Sunem, una mujer importante que allí vivía lo invitó con mucha insistencia a que pasara a comer. Y cada vez que Eliseo pasaba por allí, se quedaba a comer. 9 Entonces ella le dijo a su marido: --Mira, yo sé que este hombre que cada vez que pasa nos visita, es un santo profeta de Dios. 10 Vamos a construir en la azotea un cuarto para él. Le pondremos una cama, una mesa, una silla y una lámpara. Así, cuando él venga a visitarnos, podrá quedarse allí. 11 Una vez en que llegó a ese cuarto para quedarse a dormir en él, 12 le dijo a Guehazí, su criado: --Llama a la señora sunamita. El criado la llamó, y cuando ella se presentó ante él, Eliseo ordenó al criado: 13 --Dile a esta señora que ha sido tan amable con nosotros, que si podemos hacer algo por ella; que si quiere que hablemos en su favor con el rey o con el jefe del ejército. --Yo estoy bien aquí entre mi propia gente --respondió ella. 14 --Entonces, ¿qué podemos hacer por ella? --No sé --respondió Guehazí--. No tiene hijos, y su marido es anciano. 15 --Llámala --dijo Eliseo. El criado fue a llamarla, pero ella se quedó de pie en la puerta. 16 Entonces Eliseo le dijo: --Para el año que viene, por este tiempo, tendrás un hijo en tus brazos. Ella respondió: --No, mi señor, no engañe un hombre de Dios a su servidora. 17 Pero tal como Eliseo se lo anunció, ella quedó embarazada y al año siguiente dio a luz un hijo.
8) Restituye lo robado
2 Reyes 4: 1-7 (viuda de las tinajas de aceite) “1 Cierta mujer, que había sido esposa de uno de los profetas, fue a quejarse a Eliseo, diciéndole: --Mi marido ha muerto, y usted sabe que él honraba al Señor. Ahora el prestamista ha venido y quiere llevarse a mis dos hijos como esclavos. 2 Eliseo le preguntó: --¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en casa. Ella le contestó: --Esta servidora de usted no tiene nada en casa, excepto un jarrito de aceite. 3 Entonces Eliseo le dijo: --Pues ve ahora y pide prestados a tus vecinos algunos jarros, ¡todos los jarros vacíos que puedas conseguir! 4 Luego métete en tu casa con tus hijos, cierra la puerta y ve llenando de aceite todos los jarros y poniendo aparte los llenos. 5 La mujer se despidió de Eliseo y se encerró con sus hijos. Entonces empezó a llenar los jarros que ellos le iban llevando. 6 Y cuando todos los jarros estuvieron llenos, le ordenó a uno de ellos: --Tráeme otro jarro más. Pero su hijo le respondió: --No hay más jarros. En ese momento el aceite dejó de correr. 7 Después fue ella y se lo contó al profeta, y este le dijo: --Ve ahora a vender el aceite, y paga tu deuda. Con el resto podrán vivir tú y tus hijos”.
9) Multiplica (Viuda de Sarepta que no tenía para comer se le multiplica la harina y el aceite).
2 Crónicas 20:20b “Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén. Creed en Jehová, vuestro Dios y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis prosperados”.
I Reyes 17: 8-24 “8 Entonces el Señor le dijo a Elías: 9 "Levántate y vete a la ciudad de Sarepta, en Sidón, y quédate a vivir allá. Ya le he ordenado a una viuda que allí vive, que te dé de comer. 10 Elías se levantó y se fue a Sarepta. Al llegar a la entrada de la ciudad, vio a una viuda que estaba recogiendo leña. La llamó y le dijo: --Por favor, tráeme en un vaso un poco de agua para beber. 11 Ya iba ella a traérselo, cuando Elías la volvió a llamar y le dijo: --Por favor, tráeme también un pedazo de pan. 12 Ella le contestó: --Te juro por el Señor tu Dios que no tengo nada de pan cocido. No tengo más que un puñado de harina en una tinaja y un poco de aceite en una jarra, y ahora estaba recogiendo un poco de leña para ir a cocinarlo para mi hijo y para mí. Comeremos, y después nos moriremos de hambre. 13 Elías le respondió: --No tengas miedo. Ve a preparar lo que has dicho. Pero primero, con la harina que tienes, hazme una torta pequeña y tráemela, y haz después otras para ti y para tu hijo. 14 Porque el Señor, Dios de Israel, ha dicho que no se acabará la harina de la tinaja ni el aceite de la jarra hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra. 15 La viuda fue e hizo lo que Elías le había ordenado. Y ella y su hijo[c] y Elías tuvieron comida para muchos días. 16 No se acabó la harina de la tinaja ni el aceite de la jarra, tal como el Señor lo había dicho por medio de Elías”.
10) Resucita lo que está muerto
Ezequiel 37:1-10 “1 El Señor puso su mano sobre mí, y me hizo salir lleno de su poder, y me colocó en un valle que estaba lleno de huesos. 2 El Señor me hizo recorrerlo en todas direcciones; los huesos cubrían el valle, eran muchísimos y estaban completamente secos. 3 Entonces me dijo: "¿Crees tú que estos huesos pueden volver a tener vida?" Yo le respondí: "Señor, solo tú lo sabes. 4 Entonces el Señor me dijo: "Habla en mi nombre a estos huesos. Diles: 'Huesos secos, escuchen este mensaje del Señor. 5 El Señor les dice: Voy a hacer entrar en ustedes aliento de vida, para que revivan. 6 Les pondré tendones, los rellenaré de carne, los cubriré de piel y les daré aliento de vida para que revivan. Entonces reconocerán ustedes que yo soy el Señor.' "7 Yo les hablé como él me lo había ordenado. Y mientras les hablaba, oí un ruido: era un terremoto, y los huesos comenzaron a juntarse unos con otros. 8 Y vi que sobre ellos aparecían tendones y carne, y que se cubrían de piel. Pero no tenían aliento de vida. 9 Entonces el Señor me dijo: "Habla en mi nombre al aliento de vida, y dile: 'Así dice el Señor: Aliento de vida, ven de los cuatro puntos cardinales y da vida a estos cuerpos muertos.' "10 Yo hablé en nombre del Señor, como él me lo ordenó, y el aliento de vida vino y entró en ellos, y ellos revivieron y se pusieron de pie. Eran tantos que formaban un ejército inmenso.