El desierto

Deuteronomio 8:2 “Acuérdate de todo el camino por donde te ha conducido Jehovah tu Dios estos cuarenta años por el desierto, con el fin de humillarte y probarte, para saber lo que estaba en tu corazón, y si guardarías sus mandamientos, o no”.

A) Funciones del desierto:

            +  Probar la resistencia de nuestra fe.

            + Probar nuestro límite de obediencia.

            + Probar la rectitud de nuestros corazones.

B) Hay 4 razones por las que alguien entra a un desierto:

  1. Por culpa de sus propios errores:

+ Jacob huyendo de Esaú. Génesis 27: 41-45 “Esaú aborreció a Jacob por la bendición con que le había bendecido su padre, y dijo en su corazón: "Se acercan los días de duelo por mi padre; entonces yo mataré a mi hermano Jacob. 42 Fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú, su hijo mayor. Ella envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: -He aquí que Esaú tu hermano planea vengarse de ti, matándote. 43 Ahora pues, hijo mío, obedéceme: Levántate y huye a mi hermano Labán, en Harán. 44 Pasa con él algún tiempo, hasta que el enojo de tu hermano se aplaque, 45 hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti y se olvide de lo que le has hecho. Entonces yo mandaré a traerte de allá. ¿Por qué habré de ser privada de vosotros dos en un solo día? … 29:15-28 “Entonces dijo Labán a Jacob: -¿Por ser mi sobrino, me has de servir de balde? Declárame cuál será tu salario. 16 Labán tenía dos hijas: El nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel. 17 Los ojos de Lea eran tiernos, pero Raquel tenía una bella figura y un hermoso semblante. 18 Y Jacob, que se había enamorado de Raquel, dijo: -Yo trabajaré para ti siete años por Raquel, tu hija menor. 19 Labán respondió: -Mejor es que te la dé a ti que dársela a otro hombre. Quédate conmigo. 20 Así trabajó Jacob por Raquel siete años, los cuales le parecieron como unos pocos días, porque la amaba. 21 Entonces Jacob dijo a Labán: -Entrégame mi mujer para que conviva con ella, porque mi plazo se ha cumplido. 22 Entonces Labán reunió a todos los hombres de aquel lugar e hizo un banquete. 23 Y sucedió que en la noche tomó a su hija Lea y se la trajo, y él se unió a ella. 24 (Labán dio su sierva Zilpa a su hija Lea, como sierva.) 25 Y al llegar la mañana, ¡he aquí que era Lea! Entonces él dijo a Labán: -¿Por qué me has hecho esto? ¿No he trabajado para ti por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado? 26 Y Labán respondió: -No se acostumbra en nuestro lugar dar la menor antes que la mayor. 27 Cumple la semana de ésta, y después se te dará también la otra por el trabajo que harás para mí durante otros siete años. 28 Jacob lo hizo así; y después de cumplir esa semana, Labán le dio también a su hija Raquel por mujer. 29 (Labán dio su sierva Bilha a su hija Raquel, como sierva.) 30 Jacob se unió también a Raquel, y la amó más que a Lea. Y trabajó para Labán otros siete años”.

  1. Huyendo por sus propios miedos

+ Jonás atrapado por el gran pez. Jonás 1:1-17 “La palabra de Jehovah vino a Jonás hijo de Amitai, diciendo: "Levántate y vé a Nínive, la gran ciudad, y predica contra ella; porque su maldad ha subido a mi presencia. 3 Entonces Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehovah a Tarsis. Descendió a Jope y halló un barco que iba a Tarsis; y pagando su pasaje, entró en él para irse con ellos a Tarsis, huyendo de la presencia de Jehovah. 4 Pero Jehovah lanzó un gran viento sobre el mar, y se produjo una enorme tempestad, de manera que el barco estaba a punto de romperse. 5 Los marineros tuvieron miedo, y cada uno invocaba a su dios. Y echaron al mar el cargamento que había en el barco, para aligerarlo. Pero Jonás había bajado al fondo del barco, se había acostado y se había quedado profundamente dormido. 6 El capitán del barco se acercó a Jonás y le dijo: -¿Qué te pasa, dormilón? ¡Levántate e invoca a tu dios! Quizás él se fije en nosotros, y no perezcamos. 7 Entonces se dijeron unos a otros: -¡Venid y echemos suertes para saber por culpa de quién nos ha sobrevenido este mal! Echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás. 8 Entonces le dijeron: -Decláranos por qué nos ha sobrevenido este mal. ¿Qué oficio tienes y de dónde vienes? ¿Cuál es tu país, y de qué pueblo eres? 9 El respondió: -Soy hebreo y temo a Jehovah, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra. 10 Aquellos hombres temieron muchísimo y le preguntaron: -¿Por qué has hecho esto? Pues entendieron que huía de la presencia de Jehovah, ya que él se lo había declarado. 11 Y le preguntaron: -¿Qué haremos contigo para que el mar se nos calme? Porque el mar se embravecía más y más. 12 Y él respondió: -Levantadme y echadme al mar, y se os calmará; pues yo sé que por mi causa os ha sobrevenido esta gran tempestad. 13 Aquellos hombres remaban para hacer volver el barco a tierra, pero no pudieron, porque el mar se embravecía cada vez más. 14 Entonces clamaron a Jehovah diciendo: -¡Oh Jehovah, por favor, no perezcamos nosotros por la vida de este hombre! No nos hagas responsables de sangre inocente, porque tú, oh Jehovah, has hecho como has querido. 15 Entonces levantaron a Jonás y lo echaron al mar, y el mar cesó de su furia. 16 Y aquellos hombres temieron grandemente a Jehovah; le ofrecieron un sacrificio e hicieron votos. 17 Pero Jehovah dispuso un gran pez que se tragase a Jonás. Y éste estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches”.

  1. Porque Dios necesita hablar con ellos:

+ Profeta Elías huye de Jezabel. I Reyes 19:1-13 “Acab informó a Jezabel de todo lo que Elías había hecho y de cómo había matado a espada a todos los profetas. 2 Entonces Jezabel envió un mensajero a Elías, diciendo: "¡Así me hagan los dioses y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he hecho tu vida como la vida de uno de ellos!" Entonces él tuvo miedo, y se levantó y huyó para salvar su vida. Así llegó a Beerseba, que pertenece a Judá. Dejó allí a su criado, 4 y él se fue un día de camino por el desierto. Luego vino, se sentó debajo de un arbusto de retama y ansiando morirse dijo: -¡Basta ya, oh Jehovah! ¡Quítame la vida, porque yo no soy mejor que mis padres! 5 Se recostó debajo del arbusto y se quedó dormido. Y he aquí que un ángel le tocó y le dijo: -Levántate, come. 6 Entonces miró, y he aquí que a su cabecera había una torta cocida sobre las brasas y una cantimplora de agua. Luego comió, bebió y se volvió a recostar. 7 Entonces el ángel de Jehovah volvió por segunda vez, y le tocó diciendo: -Levántate, come, porque el camino es demasiado largo para ti. 8 Se levantó, comió y bebió. Luego, con las fuerzas de aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. 9 Allí se metió en la cueva, donde pasó la noche. Y he aquí que vino a él la palabra de Jehovah, y le preguntó: -¿Qué haces aquí, Elías? 10 Y él respondió: -He sentido un vivo celo por Jehovah Dios de los Ejércitos, porque los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas. Yo solo he quedado, y me buscan para quitarme la vida. 11 El le dijo: -Sal afuera y ponte de pie en el monte, delante de Jehovah. Y he aquí que Jehovah pasaba. Un grande y poderoso viento destrozaba las montañas y rompía las peñas delante de Jehovah, pero Jehovah no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto, pero Jehovah no estaba en el terremoto. 12 Después del terremoto hubo un fuego, pero Jehovah no estaba en el fuego. Después del fuego hubo un sonido apacible y delicado. 13 Y sucedió que al oírlo Elías, cubrió su cara con su m   anto, y salió y estuvo de pie a la entrada de la cueva. Y he aquí, vino a él una voz, y le preguntó: -¿Qué haces aquí, Elías?”

  1. Quienes van con la meta de vencer el desierto:

+ Jesús contra Satanás. Mateo 4:1-11 “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. 2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. 3 El tentador se acercó y le dijo: -Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. 4 Pero él respondió y dijo: -Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. 5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, le puso de pie sobre el pináculo del templo, 6 y le dijo: -Si eres Hijo de Dios, échate abajo, porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te llevarán, de modo que nunca tropieces con tu pie en piedra. 7 Jesús le dijo: -Además está escrito: No pondrás a prueba al Señor tu Dios. 8 Otra vez el diablo le llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria. 9 Y le dijo: -Todo esto te daré, si postrado me adoras. 10 Entonces Jesús le dijo: -Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás. 11 Entonces el diablo le dejó, y he aquí, los ángeles vinieron y le servían”.

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